Privacidad y Navegadores: Brave

Tal vez una de las nociones más perezosas y aún así más repetidas en tecnologías de la información es que para poder usar internet hay que renunciar a la privacidad. Creo que un ejemplo del interés y valor que le dan los usuarios a su privacidad puede ser el navegador Brave [1]. Y digo podría ser porque este navegador tiene un discurso y unas características que no necesariamente se relacionan con la privacidad, aunque sí es un elemento importante. Brave es un navegador que usan alrededor de 50 millones de personas en el mundo [2], con unos cuantos años en funcionamiento y que se vende como “La mejor privacidad en línea”. Claramente el número de usuarios es pequeño respecto a quienes usan Chrome, pero pasar de 25 millones a 50 millones en 2 años es un buen indicador del interés que despierta.  Algo llamativo de este navegador es que en su página web se publicita como la mejor protección contra Google y las “Big Tech”, es decir se vende como el contrincante en una lucha contra las grandes corporaciones. Ignoro que tan llamativo será esto para sus usuarios, pero esta afirmación va muy en el sentido del blanco al que le apuntaban en 2021 las empresas que se promocionaron en el llamado “web 3”, donde uno de los propósitos era romper el monopolio de las Big Tech. Respecto a los medios para lograrlo, creo que da para otro post. En todo caso, esta relación con el llamado “web 3” puede también haber sido responsable en su crecimiento acelerado en los últimos dos años, por lo cual antes me refería a que la privacidad es una de sus principales características, no la única.

Aún así, lo que hace Brave para proteger la privacidad es muy interesante. Esta capacidad se basa en que por defecto bloquea algunas características de las páginas web que buscan identificar a sus visitantes, como pueden ser las famosas cookies, algunos códigos que permiten relacionar la visita a 2 o mas sitios, o la identificación de la IP o del navegador, entre otros. Algunos ejemplos de lo que hace Brave para evitar el bounce tracking en el modo incógnito [3], o el fingerprinting basado en el idioma del navegador [4]  aparecen en su blog, muy recomendado por cierto. Desde el punto de vista de red, Brave permite usar TOR, por lo cual al usarla la IP que verían las páginas web visitadas no sería la misma del usuario, evitando por ejemplo que se haga una geolocalización por medio de la IP. Además, cada vez que el usuario se conecte por medio de TOR, tendrá una IP completamente diferente, fortaleciendo el proceso de anonimización. Como suele ocurrir, al usar esta opción la conexión se hace más lenta, lo cual afecta la experiencia de usuario. Otra opción que ofrece Brave es la de una VPN, en la que básicamente se le oculta a las páginas visitadas el origen de la conexión, y donde el usuario le confía a Brave toda la información que visita. 

Como es de esperarse el modelo de negocio de Brave se basa en la publicidad [5] aunque con una diferencia importante. Por defecto, el usuario puede bloquear toda la publicidad, lo cual es interesante porque evita que se tengan que instalar ad-blockers. Sin embargo, Brave le da la posibilidad a sus usuarios de aceptar algo de publicidad y compartir las ganancias. Es decir, el que publicita le paga a Brave y el usuario que acepta recibir publicidad también recibe un pago a cambio. Sin embargo este “pago” se hace por medio de una criptomoneda específica de Brave, la cual si se quiere convertir a una moneda real con la cual se pueda transar requiere el paso por alguna empresa de intercambio que obviamente cobra una comisión. Adicionalmente, existe un límite en la cantidad de publicidad que se puede recibir al mes. Es decir, no se trata de un mecanismo que vaya a hacer rico al usuario, pero que de alguna manera le retribuye el trabajo de recibir publicidad. Algo que argumentan los de Brave hacia los compradores de pauta es que al permitirle al usuario decidir si quiere o no recibir publicidad, este estará más dispuesto a prestarle atención, y dicen que el 75% de los usuarios dan click a la publicidad. Un número bastante alto. Otro aspecto muy interesante de lo que dice Brave es que afirman que sus usuarios son diferentes al resto de usuarios de internet: se sabe que la mayor parte del tiempo que la gente se conecta a internet lo hace sobre alguna app. Ellos dicen que sus usuarios pasan el 83% del tiempo en un navegador. Además explican que el 75% usan criptomonedas. Es decir, da la impresión que Brave sigue siendo un navegador de nicho.

En todo caso, creo que es muy llamativo el esfuerzo que ha hecho Brave por proteger la privacidad de sus usuarios, lo cual ha hecho bajo un modelo de publicidad “premium”, en el cual el usuario comparte ciertos atributos de su identidad para permitir que se le envíe publicidad. Sin duda se trata de un modelo muy diferente al que ofrece Google con Chrome o Apple con Safari. Habrá que esperar para ver si Brave sigue siendo un navegador de nicho tipo Opera o si se convertirá algún día en un competidor de Chrome. 

[1] https://brave.com/

[2] https://www.zdnet.com/article/google-chrome-rival-brave-reports-another-big-jump-in-users/

[3] https://brave.com/privacy-updates/16-unlinkable-bouncing/

[4] https://brave.com/privacy-updates/17-language-fingerprinting/

[5] https://brave.com/brave-ads/assets/Brave_Media_Kit.pdf

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